Teoría Política de la Indignación
En la calle o en las redes sociales, a través de campañas online u ocupando espacios públicos, la gente protesta y se activa a favor de determinadas causas sociales o políticas. No hay que confundir el resentimiento con la indignación moral, el primero es una pasión que nace de la reactividad y del odio, mientras que el segundo surge de la afirmatividad y del amor.
Una teoría política de la indignación debe partir de una realidad innegable: los ciudadanos se han desencantado de la política partidista y han volcado sus energías a formas no convencionales de política, a la “alter-política” o política alternativa. Pero lo cierto es que las formas alternativas de política (protestas,movimientos sociales, etc.) resultan muchas veces simple asilo nostálgico para los exiliados de la política tradicional. Por si esto fuera poco, la calle puede ser peor que la política tradicional: más reaccionaria, más irracional, más autoritaria.
La sociedad de la indignación es una sociedad del escándalo. Carece de firmeza, de actitud. La rebeldía, la histeria y la obstinación son características de las olas de indignación que no permiten ninguna comunicación discreta y objetiva, ningún dialogo, ningún discurso por lo que la actual multitud indignada es muy fugaz y dispersa.
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